Un gobierno sin rumbo que retoma caminos hacia el fracaso
Próximamente a cumplir un año que el COVID -19 nos golpeó fuerte en lo económico, en la salud y la educación, donde miles de empresas y pymes quebraron y otras más se fueron del país, donde tenemos record de contagios por millón de habitantes (sin hacer testeos), sin un plan económico por parte del gobierno quien además descaradamente incumplió su propio aislamiento en más de una ocasión y una devaluación nunca antes vista; hoy retomamos una medida de fracaso que conducirá al declive del campo, por demás castigado por gobiernos socialistas.
La suspensión de las exportaciones al maíz son
la peor receta que el gobierno pudo implementar para el sector luego de un año
azotado por los incendios de cosechas y silobolsas, intensas sequias que aun
perjudican al norte del país y el incremento en los precios de suministros
necesarios para la cadena productivo como consecuencia de la devaluación.
Las restricciones impuestas a las exportaciones
de maíz que impuso el gobierno nacional costara más de 810 millones de dólares
que no ingresaran al país, de los cuales 100 millones son cobrados por el
estado en forma de retenciones.
La abstracción de la realidad por parte del
Presidente y su gabinete ya no es motivo de asombro sino más bien de temor por
el rumbo al cual conducirán el destino de los argentinos. ¿Cuánto más debe
sufrir el bolsillo de la gente para que se tomen medidas de un país serio? ¿Hasta
cuándo nos anunciaran sarazas? Los jóvenes que estudian, trabajan e innovan, están sumamente preocupados por el futuro que tendrán en el país si seguimos con las
mismas medidas que fracasaron en el pasado.
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